Papás Que han entrado...

lunes, 26 de marzo de 2012

El mundo fascinante de la poesía
  
Todos los niños y niñas desde que empiezan a descubrir el mundo que hay a su alrededor, perciben todo su entorno envuelto en una aureola fascinante, cualquier cosa los llega a seducir aunque sólo sea por unos pocos segundos. Desgraciadamente esto sólo sucede en los primeros años de la vida del niño-a. Realmente es triste perder la magia de estos descubrimientos que nos acompañan en los primeros años de nuestra vida. El niño-a hasta los seis años lo percibe todo desde esa perspectiva encantada que sólo vive con nosotros cuando somos pequeños y que después con los años se evapora: el viento que mueve las hojas de los árboles, las flores de distintos colores que adornan un parque o el campo, cualquier pequeño animalillo, un viento suave que trae volando hasta él cualquier cosa insignificante, las chispitas que saltan de la leña encendida en una hoguera...Todo llega a ser maravilloso para el niño-a. Pero a medida que este niño o niña crece, esa fascinación va desapareciendo hasta que llega un momento que hay muy pocas cosas que llaman su atención. El perder esa capacidad de percibir las cosas de una manera especial como si todo fuera increíble que es lo que deberíamos intentar que sucediera durante toda nuestra vida, nos lleva a convertirnos en "borreguitos"; todos iguales caminando por el mismo sendero recto y aburrido. Ello nos lleva al desinterés y a que las destrezas para el aprendizaje también lleguen a ser aburridas y monótonas. Por eso es importantísimo cultivar y fomentar todo aquello que permita al niño-a seguir manteniendo viva esa aureola fascinante con la que ha vivido sus primeros descubrimientos y que a la vez nos haga vivirlo a nosotros también si es que estamos dentro de ese círculo al que pertenecen todos los que no se fascinan ante un globo que surca el cielo después de escapársele a un niño-a o mientras una mariposa blanca revolotea a nuestro alrededor haciéndonos revivir lo mágico del mundo. Es aquí donde realmente podemos incluir la poesía como un elemento fundamental que nos permitirá introducirnos en el Universo mágico de las palabras y nos ayudará a ver el mundo desde otros prismas diferentes.
Hay que cultivar todo aquello que nos permita seguir manteniendo vivo ese halo mágico, en definitiva todo aquello que nos permita seguir siendo personas en el más amplio sentido de la palabra y descubriendo lo mágico del mundo. La poesía es la llave secreta que nos permite entrar en la magia de las cosas, descubrir la belleza de las palabras y hacer que nuestros sentidos permanezcan siempre palpitantes. Pero para que esto ocurra hay que despertar en el niño-a la emoción.
  
Despertar la Emoción
  
Despertar esa emoción poética que todos-as llevamos dentro en estado latente. Dice Rosalía de Castro en el prólogo de sus "Cántares gallegos": "Guiada por aquellas palabras cariñosas y aquellos gritos nunca olvidados, que tan dulcemente resonaron en mis oídos desde la cuna y que fueron recogidos en mi corazón como herencia propia, atrevime a escribir estos cantares."Descubrir sonidos diferentes provinientes de distintos instrumentos o lugares o distintas onomatopeyas, sentir la musicalidad de las palabras acopladas a distintas frases o expresiones; combinarlas para sentir que podemos jugar con ellas. Son los primeros pasos absolutamente necesarios para empezar a sentir la musicalidad de un texto poético, sentir su música acoplada al ritmo de nuestros sentidos.
   
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Transmitir la Emoción
  
Uno de los recursos básicos básicos para transmitir emociones es sorprender. Es raro que la sorpresa no logre captar la atención de un niño-a. ¿Y cómo sorprender con un libro de poemas? Se pueden hacer muchas cosas:
  • El profesor-a llega con un libro y empiezan a caer objetos de él: : una luna roja dibujada en cartulina, estrellas de colores, un reloj, letras con vida propia ... Únicamente hace falta cartulina, imaginación y crear un ambiente mágico con los gestos, movimientos y el entusiasmo que le ponga el maestro-a .
  • Los niños y niñas sacan objetos –sorpresa de una bolsa (barco, flor, cadena, papel, muñeco, niños...) y tienen que encontrar un poema donde aparezca dicho objeto de unos cuantos que previamente haya seleccionado el maestro-a . Cuando lo encuentran leen el poema en alto.
  • En una tormenta de ideas, los niños y niñas dicen las palabras que les sugiera una idea dada o cualquier frase extraída de un libro y a continuación deben encontrar un poema donde aparezcan dichas palabras o la frase que se ha seleccionado . El que lo encuentre, lee el poema en voz alta.
  • Caen versos de un libro o se esconden por la clase escritos en cartulinas de colores; los niños-as tienen que buscar a qué poema pertenecen y lo van leyendo completo. Después pueden escribirlo e ilustrarlo libremente.
  • Los niños-as representan un poema con un dibujo o un símbolo.
También para transmitir esa emoción es muy importante al leerles al niño-a un poema tener en cuenta los gestos, la mirada, la expresión corporal al fin y al cabo. No es lo mismo recitar un texto monótonamente que recitarlo bien. Es muy importante trabajar los distintos recursos y trucos para hacer que un poema cobre todo su esplendor. Para ello lo primero es leer el texto en cuestión- en este caso el poema- y ver qué tipo de entonación, pausas o cambio de tono pide. Pueden ensayarse varias formas de hacerlo para ver lo que gana o pierde el texto según la forma en que lo recitemos (Se pueden leer en distintos tonos "La delfina Marcelina " de Gloria Fuertes y "Para perder el miedo " de Carmen Gil).
Luego están la gestualidad, la expresión corporal. Representar el poema con gestos y danzarlo ayuda a su memorización e interiorización. Un poema puede ser representado a través de los gestos y de distintas acciones: jugar al corro, saltar a la comba, a la cuerda ... etc. en el estribillo los niños-as, cogidos de las manos, pueden saltar dos veces.
También una de las cosas que nos transmite emoción es la música. Precisamente a veces alguien ha definido la poesía como "la música hecha palabras". Puede incluso resultar difícil marcar el ámbito de cada una – poesía y música- porque se invaden mutuamente. La poesía nos ayuda a desarrollar el sentido musical y la música nos ayuda a comprender la poesía.
Para aunar música y poesía se pueden hacer distintas actividades, como las que se proponen en el taller de poesía de esta Sesión.
   
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